En el comercio internacional, los tiempos estimados empleados en el traslado de mercancías deben ser lo más precisos posibles, puesto que las partes involucradas tienen que planificar a su vez la recolección y la entrega posterior de las cargas. Sin embargo, existen diversas causas que provocan retrasos en el transporte internacional, lo que tiene graves repercusiones en la cadena de suministro global. Por esta razón, es imprescindible conocer más acerca de estas situaciones para así implementar estrategias integrales que disminuyan los impactos negativos.
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¿Qué situaciones provocan retrasos en el transporte?
Existen una amplia gama de razones que pueden provocar retrasos en el transporte de mercancías, entre las que pueden destacar las siguientes:
- Tráfico en las rutas. Los problemas de este tipo suelen ser los más comunes, por lo que la congestión vehicular, especialmente en áreas urbanas y durante la última milla de entrega, puede generar importantes demoras. Además, otras situaciones, tales como obras viales, accidentes de tráfico y desvíos inesperados, son factores que contribuyen a que el tráfico incremente considerablemente.
- Condiciones climáticas adversas. El clima juega un papel crucial en el transporte de mercancías, por lo que tormentas, nevadas, y otros fenómenos meteorológicos pueden interrumpir rutas y cerrar carreteras, provocando así retrasos inevitables en la entrega de mercancías.
- Averías de los vehículos. Las fallas mecánicas son otra causa frecuente de retrasos en el transporte terrestre. A pesar de que las empresas lleven a cabo un mantenimiento preventivo, los vehículos pueden llegar a sufrir de averías inesperadas durante el trayecto, lo que interrumpe el transporte de mercancías por un tiempo indeterminado.
- Falta de visibilidad y claridad en la operación logística. La falta de transparencia en la gestión logística, como no contar con un seguimiento en tiempo real de los envíos, puede aumentar la probabilidad de retrasos. Sin una visibilidad clara de la ubicación y el estado de las mercancías, es difícil anticipar y solucionar problemas antes de que se conviertan en retrasos.
- Carencia de equipos o suministros necesarios. La falta de equipo adecuado, como remolques, grúas o contenedores, puede causar demoras en la carga y descarga de mercancías. Esto es particularmente problemático en el transporte intermodal, donde la coordinación entre los diferentes modos de transporte es fundamental para garantizar una operación logística ágil.
- Complicaciones en la aduana y trámites requeridos. Los envíos internacionales suelen enfrentar complicaciones en la aduana, especialmente si la documentación no está en orden. Los errores o la falta de papeles adecuados podrían ocasionar que las autoridades aduaneras requieran inspeccionar la carga, lo que no sólo conllevaría a retrasos en el transporte de mercancías, sino que también podría generar multas o sanciones.
- Temporadas altas y sobrecarga de trabajo. Durante las temporadas de alta demanda en el comercio, como las festividades de fin de año, la capacidad de transporte puede verse desbordada. Al no contar con la oferta suficiente de unidades, la sobrecarga de trabajo puede causar acumulación de mercancías en los almacenes y retrasos en las entregas.
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¿Cuáles son las consecuencias?
Los retrasos en el transporte de mercancías tienen un impacto directo en la cadena de suministro y la rentabilidad de las empresas. Entre las principales consecuencias se encuentran:
- Pérdida de confianza del cliente. La confianza es un elemento clave en las relaciones comerciales, y los retrasos constantes pueden dañarla permanentemente, por lo que la reputación de la empresa se vería directamente afectada. Además, la pérdida de confianza no solo repercute en las relaciones actuales, sino que también dificulta la adquisición de nuevos clientes, ya que la mala reputación puede propagarse rápidamente.
- Aumento de costos operativos. Cada minuto de retraso puede tener un valor asociado. Las empresas pueden verse obligadas a utilizar rutas alternativas que son más largas y costosas para cumplir con las entregas, lo que incrementa el consumo de combustible y el desgaste de los vehículos. Asimismo, los retrasos pueden requerir almacenamiento adicional de las mercancías, lo que implica gastos adicionales en términos de espacio, energía y seguridad.
- Desajuste en la planificación logística. Sin duda, la planificación logística es una tarea compleja que depende de la sincronización precisa de múltiples componentes. Los retrasos en una parte del proceso pueden causar un efecto dominó que desbalancea toda la programación de entregas. Esto puede llevar a una acumulación de pedidos en los centros de distribución, saturar las capacidades de almacenamiento, y generar cuellos de botella en el procesamiento de mercancías. A su vez, este desajuste puede retrasar otras operaciones logísticas, afectando la eficiencia general de la cadena de suministro.
En conclusión, las empresas de transporte deben estar preparadas para enfrentar y mitigar las situaciones que provocan retrasos en el transporte de carga terrestre. La adopción de tecnologías avanzadas, la planificación flexible y la comunicación efectiva con los clientes son esenciales para minimizar los impactos negativos de estos retrasos y garantizar la continuidad de las operaciones logísticas.
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Fuente: Altamaritima