El transporte de carga es una de las vías más utilizadas para el traslado de mercancías, por lo que día con día, miles de camiones recorren las carreteras de todo el mundo para abastecer de productos esenciales a la mayoría de los países del planeta. Sin embargo, esta actividad tan esencial puede verse interrumpida por diversos factores, entre los que se encuentran las condiciones climáticas, las cuales dificultan que las unidades puedan recorrer las principales carreteras.
Si bien esta es una situación que ha afectado al transporte de carga desde hace décadas, lo cierto es que se ha agravado a causa del cambio climático que provoca condiciones más extremas de las que se conocían.
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Principales condiciones climáticas que afectan al transporte de carga
A pesar de representar un peligro constante a lo largo del año, las diferentes condiciones climáticas no causan los mismos estragos y con cada una deben tomarse diferentes precauciones cuando el transporte de carga circula por las carreteras. Tal es el caso del temporal de lluvias, que es el que más problemas suele traer a aquellos que se dedican al traslado de mercancías.
Las consecuencias varían dependiendo del tipo de lluvia; por ejemplo, una precipitación ligera puede elevar la cantidad de choques debido al derrape de las llantas en el asfalto mojado, lo que también pone en peligro la seguridad del operador. En cambio, cuando se trata de huracanes o tormentas tropicales, las afectaciones suelen ser más severas, pues la visibilidad del camino suele ser casi nula por la densidad de la lluvia y el viento, situación que puede provocar un desvío de la carretera. Además, este tipo de lluvias también provocan inundaciones y desgajamientos de cerros, lo que imposibilita el uso de algunos caminos durante largos periodos.
Por otra parte, cuando la temperatura baja considerablemente, es probable que se presenten vientos con nieve que también provoquen derrapes en las unidades; en casos más extremos, como tormentas de nieve, es necesario colocar cadenas alrededor de las llantas para mantener el control del camión.
Por último, una simple ráfaga de viento lo suficientemente fuerte puede voltear una unidad o sacarla de la carretera, especialmente si ésta transporta mercancías de bajo peso.
Otras consecuencias
A pesar de que las mayores afectaciones se las llevan directamente las unidades de transporte y los operadores al verse comprometida su integridad, las condiciones climáticas también provocan otro tipo de consecuencias que afectan a la cadena de suministro:
- Terminales con operaciones limitadas o suspendidas. Ciertas terminales o puertos se ven obligados a cerrar temporalmente sus instalaciones o a operar de forma limitada con el objetivo de preservar el bienestar de sus empleados y la seguridad de sus instalaciones. Cuando este tipo de disrupciones ocurren, una gran cantidad de mercancías quedan detenidas en terminales intermedias hasta que se reanuden sus operaciones.
- Sobrecostos y retrasos. Debido a la restricción de la movilidad y al cierre de algunas carreteras secundarias y terciarias a nivel nacional, es necesario planificar nuevas rutas que no pongan en riesgo la seguridad del operador, por lo que puede haber un retraso en la entrega de las mercancías y un sobrecosto en los fletes, que también afecta a los precios del productos final.
- Potenciales daños sobre las mercancías. Sumado a las deficientes operaciones que generan las condiciones climáticas sobre la cadena de suministro, también incrementa el riesgo al daño de los productos, ya sea debido a accidentes o por diversos inconvenientes en su manejo y traslado.
- Carreteras dañadas. Las lluvias fuertes pueden provocar la aparición de socavones y que los baches existentes se vuelvan más pronunciados, lo que es un problema a largo plazo si no se le da el mantenimiento necesario.
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El cambio climático como factor de riesgo
Según datos de la Organización Metereológica Mundial (OMM), hay un 40% de probabilidades de que en los próximos cinco años la temperatura media mundial supere en 1,5°C los niveles que vivimos actualmente. Aunque en primera instancia este aumento no parezca significativo, sí que tiene diversas consecuencias como el acelerado deshielo de los cascos polares, el aumento del nivel del mar, el incremento de las olas de calor y de otros fenómenos meteorológicos más extremos.
Las causas de este aumento en las temperaturas son diversas; sin embargo, el transporte de carga mundial tiene cierta responsabilidad, ya que se estima que las emisiones de gases tóxicos que produce este medio generan un aumento importante del efecto invernadero.
Con esta situación, las condiciones climáticas ya han comenzado a volverse cada vez más extremas, como la ola de frío polar intenso que afecta a gran parte de Estados Unidos o las inundaciones cada vez más comunes en el mundo que se dan como consecuencia de las lluvias torrenciales. En un futuro, se espera que las inclemencias meteorológicas sean más adversas, lo que provocará aumentos en los costos del transporte de carga debido a que éstas dificultan el proceso de entrega de mercancías.
De igual manera, las degradaciones en carreteras pueden acelerarse e intensificarse debido a que sus estándares de construcción se basan en condiciones climáticas de décadas pasadas, es decir, que ya no están vigentes.
A pesar de que en el sector de transporte ya se están realizando cambios para tener un menor impacto en el medio ambiente, lo cierto es que las condiciones climáticas ya están evolucionando, por lo que se espera que en los próximos años la situación se vuelva más complicada.
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Fuente: Revista TyT
