En la actualidad, el cambio climático se ha convertido en una de las principales preocupaciones a nivel mundial debido a los efectos nocivos que tiene para la salud de la humanidad. Muchas industrias son responsables de esta situación; no obstante, la contaminación del transporte de carga es especialmente dañina para el medio ambiente, ya que se quema una gran cantidad de productos derivados del petróleo para llevar a cabo las actividades relacionadas al traslado de mercancías.
Según datos del Consejo Internacional de Transporte Limpio, se estima que el transporte de carga contribuye con el 16% del total de las emisiones vehiculares de dióxido de carbono y de otro tipo de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Para el año 2050, se espera que este tipo de camiones consuman hasta un 38% más de combustible, lo que a su vez aumentará la contaminación producida por los mismos.
Es por lo anterior que las empresas de este sector han creado nuevas estrategias cuya finalidad es disminuir el impacto nocivo del transporte de carga en el mundo. Esto no sólo trae grandes beneficios para el medio ambiente, sino también para las compañías que contarán con una mayor rentabilidad y productividad así como lograrán una mayor eficiencia en sus operaciones.
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¿Qué produce la contaminación del transporte de carga y cuáles son sus efectos?
A lo largo de su ciclo de vida, los camiones de carga emiten contaminantes al aire, que a su vez están divididos en primarios y secundarios. Los primeros hacen referencia a todos aquellos gases que se despiden directamente sobre la atmósfera; en cambio, los secundarios son el resultado de las reacciones químicas entre los diferentes tipos de gases, los cuales son especialmente dañinos para niños y personas con enfermedades crónicas.
Entre los principales componentes de la contaminación del transporte de carga se encuentran los siguientes:
- Gases de efecto invernadero. Estos gases (generalmente dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) son de los más conocidos debido a que son los que provocan el aceleramiento del calentamiento global.
- Óxidos de nitrógeno (NOx). Este contaminante produce ozono al nivel del suelo. A pesar de que el ozono en la atmósfera ayuda a proteger de los rayos ultravioleta, a niveles bajos es altamente dañino, llegando a producir irritación pulmonar y debilitar las defensas del cuerpo contra infecciones respiratorias como la pulmonía y la influenza.
- Compuestos Orgánicos Volátiles (COV). Los compuestos de este tipo pueden ser el benceno, acetaldehído y 1,3-butadieno, que a su vez reaccionan con los óxidos de nitrógeno y producen lo que comúnmente se conoce como “smog”. Esto provoca tos, asfixia y reducción de la capacidad pulmonar.
- Monóxido de carbono (CO). Este es uno de los gases más peligrosos, ya que bloquea el oxígeno del cerebro, corazón y otros órganos vitales si se expone de manera prolongada. Es incoloro e inodoro y se produce a partir de la quema de combustibles.
- Dióxido de azufre (SO2). Otro de los contaminantes del transporte de carga que se generan ante la quema de combustibles, especialmente de carbón y diésel, es el dióxido de azufre, que forma pequeñas partículas que son aspiradas por el ser humano y que son particularmente dañinas para los asmáticos.
Toda esta emisión de gases también es responsable del calentamiento global que ya está causando olas de calor más intensas alrededor del mundo, lo que a su vez provoca el aumento en el nivel del mar, sequías más prolongadas e inundaciones derivadas de tormentas tropicales más extremas.
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¿Cómo mitigar el impacto en el medio ambiente?
Ante el aumento de la contaminación del transporte de carga en los últimos años, las empresas de esta industria han creado nuevas estrategias que permiten disminuir el impacto nocivo al medio ambiente para contener el calentamiento global y mejorar la calidad de vida de la humanidad. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha propuesto una serie de medidas para este fin, las cuales son las siguientes:
- El uso de vehículos eléctricos que utilicen gas natural es una de las medidas que más fuerza ha tomado en meses recientes, ya que permiten disminuir hasta el 80% de las emisiones de dióxido de carbono. En Finlandia se está trabajando en otro tipo de camión que consume hasta un 15% menos de combustible.
- Combinar las cargas y aprovechar al máximo la capacidad de los contenedores también suponen una reducción de la contaminación debido a que se realizarían menos viajes por carretera. Asimismo, el uso de los denominados “megacamiones” también contribuye a este fin, dado que cuentan con una mayor capacidad y ahorran hasta un 20% de combustible y un 40% de las emisiones de otros contaminantes como el óxido de nitrógeno.
- Una conducción eficiente, es decir, el mantener una velocidad adecuada y evitar los frenones, supone un ahorro tanto económico como de combustible.
- Alrededor del mundo ya se trabajan en nuevas tecnologías que permiten reducir la contaminación del transporte de carga mediante la disminución de emisiones de gases.
Con estas medidas, las consecuencias de la contaminación del transporte de carga podrán disminuir a largo plazo y a su vez generar vehículos más eficientes y con una mejor tecnología.
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Fuente: CEUPE