El transporte de carga enfrenta un cambio significativo, impulsado por la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles en un contexto global de lucha contra el cambio climático. Por esta razón, las empresas, los gobiernos y las organizaciones internacionales están alineando sus estrategias hacia ciertas tendencias de sostenibilidad, las cuales se espera que reduzcan el impacto ambiental y optimicen los recursos a lo largo del 2025.
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Electrificación del transporte: una de las principales tendencias de sostenibilidad
En México, empresas como Tesla y Volvo han comenzado a introducir camiones eléctricos que prometen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 30% en los próximos cinco años. Aunque estos vehículos aún enfrentan desafíos como el alto costo inicial y la infraestructura limitada, su adopción está siendo impulsada por regulaciones ambientales más estrictas y el interés del sector privado en reducir su huella de carbono.
Un aspecto clave para el éxito de esta transición es el desarrollo de una infraestructura de carga eléctrica más robusta. Compañías como Hitachi Energy están liderando esfuerzos para implementar redes nacionales de estaciones de carga que permitan una mayor autonomía de los camiones eléctricos, incluso en zonas remotas. Asimismo, la participación de empresas tecnológicas como Huawei, con su plataforma Fusion Charge, busca optimizar los tiempos y costos de recarga, lo que facilitará la integración de estos vehículos en la logística diaria.
Además de los camiones completamente eléctricos, las flotas híbridas también forman parte de las principales tendencias de sostenibilidad. Estos vehículos combinan motores eléctricos con combustibles tradicionales, ofreciendo una solución intermedia que reduce las emisiones sin depender completamente de la infraestructura de carga. Este enfoque representa un paso hacia la sostenibilidad mientras se resuelven los desafíos tecnológicos y económicos para la adopción masiva de vehículos eléctricos.
Gas natural y combustibles alternativos
Por otra parte, el gas natural está emergiendo como una alternativa viable para el transporte de carga, debido a su menor impacto ambiental y costos más competitivos en comparación con el diésel. Según análisis recientes, el precio del gas natural en 2024 fue en promedio un 191% más bajo que el del diésel, lo que lo convierte en una opción atractiva tanto desde una perspectiva económica como ambiental. Ciertas empresas como ELAM-FAW han liderado la implementación de camiones a gas natural en México, destacando su capacidad para reducir significativamente las emisiones de CO2 y los costos operativos.
Junto con el gas natural, otros combustibles alternativos como el hidrógeno comienzan a generar interés y convertirse en una de las principales tendencias de sostenibilidad para 2025. Aunque su implementación aún está en etapas iniciales, su potencial como una fuente de energía limpia y eficiente podría revolucionar el sector en el mediano plazo. El gobierno mexicano, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, ha desarrollado un Mapa de Ruta Tecnológica para guiar la transición hacia una industria de transporte más verde, fomentando la adopción de tecnologías limpias y responsables.
El uso de combustibles alternativos también está vinculado con la optimización de rutas y el uso de tecnologías de telemetría. Estas herramientas permiten a las empresas reducir el kilometraje y, por ende, las emisiones, mejorando la eficiencia operativa. La planificación estratégica de rutas, basada en datos en tiempo real, es cada vez más común, lo que ayuda a las compañías a cumplir con sus objetivos de sostenibilidad.
Transformación digital y colaboración público-privada
La transformación digital es otro pilar fundamental en las tendencias de sostenibilidad para 2025, ya que ciertas tecnologías como la inteligencia artificial, la gestión de flotas inteligente y la analítica avanzada están permitiendo a las empresas reducir su impacto ambiental mientras mejoran la eficiencia.
Por otro lado, la sostenibilidad en el transporte de carga no sería posible sin la colaboración entre los sectores público y privado. En la actualidad, se llevan a cabo eventos como el Latam Mobility & NetZero México 2024, los cuales han destacado la importancia de este trabajo conjunto para impulsar la electromovilidad y otras iniciativas verdes. En este contexto, las políticas públicas juegan un papel crucial, estableciendo incentivos para la adopción de tecnologías limpias y regulando las emisiones de las flotas comerciales.
Asimismo, el sector privado también ha demostrado su compromiso mediante inversiones significativas en infraestructura y tecnología. Empresas como Zeekr y Blink Charging están trabajando para ampliar el acceso a soluciones de electromovilidad, desde vehículos eléctricos hasta estaciones de carga, facilitando la transición hacia un transporte más limpio.
Además, el enfoque en la inclusión laboral y la equidad de género también es parte de este cambio hacia la sostenibilidad. La incorporación de mujeres en el sector, aunque todavía limitada, representa una oportunidad para diversificar la fuerza laboral y abordar la escasez de operadores, un problema crítico para la logística en México.
En conclusión, las tendencias de sostenibilidad en el sector del autotransporte para 2025 apuntan hacia un sector más limpio y eficiente, con avances en electrificación, combustibles alternativos, transformación digital y colaboración público-privada. Aunque los desafíos persisten, como la falta de infraestructura y los costos iniciales, el compromiso conjunto de empresas, gobiernos y sociedad civil está marcando el camino hacia un futuro más verde.
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Fuente: The Logistics World