Ante la enorme preocupación que ha surgido por el cambio climático y que ha llevado a la búsqueda de un desarrollo más sostenible, México ha tomado medidas significativas para transformar su sector energético. La Ley de Transición Energética (LTE), publicada en el Diario Oficial de la Federación en 2015, representa un gran avance en este camino hacia un futuro más verde y eficiente.
Dicha ley también tiene repercusión directa en el sector del transporte de carga, el cual es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
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¿Qué es la Ley de Transición Energética?
La Ley de Transición Energética establece un conjunto de políticas y medidas para impulsar el aprovechamiento de recursos energéticos renovables, como la energía solar, eólica, geotérmica e hidroeléctrica. Lo anterior implica la sustitución gradual de combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, en el consumo final de energía.
Esta ley ha fijado metas progresivas para aumentar la participación de las energías limpias en la generación de electricidad, por lo que se busca alcanzar un 45% para 2036 y un ambicioso 60% para el año 2050.
Por otra parte, no solo se enfoca en la generación de electricidad, sino que también abarca otros aspectos clave del sistema energético, como la eficiencia energética y la reducción de emisiones contaminantes. Para ello, se estableció la creación del Sistema de Información de Transición Energética, una plataforma para la recopilación, organización y difusión de datos relevantes para la gestión de este objetivo.
Asimismo, la ley asigna responsabilidades específicas a diversas entidades gubernamentales. La Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) son las encargadas de diseñar e implementar la hoja de ruta para el cumplimiento de las metas establecidas. En cambio, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) tienen la facultad de realizar inspecciones y vigilar el cumplimiento de la ley por parte de los actores del sector energético.
Por otra parte, también establece un sistema de sanciones para aquellos que incumplan con sus obligaciones, las cuales van desde los 700 pesos para usuarios que proporcionen información falsa hasta sanciones por 5 millones 250 mil pesos para empresas que nieguen el servicio de cobranza.
La Ley de Transición Energética abarca a todos los integrantes de la industria eléctrica, incluyendo usuarios calificados del mercado eléctrico mayorista, tanto públicos como privados. Lo anterior engloba también a aquellos consorcios extranjeros que a partir de enero de 2016 participan en la generación y comercialización de electricidad en México.
Impacto en el transporte de carga
Como ya se ha mencionado, la Ley de Transición Energética tiene un impacto significativo en el sector del transporte de carga, que es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero no solamente en México, sino también a nivel mundial. Entre los objetivos específicos que buscan alcanzar en este sector se encuentran:
- Reducir la dependencia de combustibles fósiles. La Ley promueve la adopción de tecnologías y combustibles alternativos más limpios, como el gas natural, el hidrógeno y los biocombustibles.
- Mejorar la eficiencia logística. Se incentivan medidas que optimicen las rutas de transporte, reduzcan tiempos muertos y mejoren la gestión de la cadena de suministro.
- Modernizar la flota vehicular. Se fomenta la inversión en vehículos de carga más eficientes y con menores emisiones, como eléctricos o híbridos.
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Un camino hacia un transporte de carga más sostenible
La Ley de Transición Energética representa un paso fundamental en la construcción de un futuro más sostenible para el sector del transporte de carga en México. A través de sus objetivos y estrategias, esta ley busca reducir la huella ambiental del sector, impulsar la innovación tecnológica y promover un desarrollo económico más responsable con el medio ambiente.
Sin embargo, es importante reconocer que la implementación de esta ley requiere de un esfuerzo conjunto por parte del gobierno, la industria, la academia y la sociedad civil. La colaboración entre todos los actores involucrados será crucial para alcanzar los ambiciosos objetivos establecidos en la ley y construir un sistema de transporte de carga más limpio, eficiente y sostenible para México.
En conclusión, la Ley de Transición Energética marca un rumbo claro hacia un futuro energético más sostenible en México; en el sector del transporte de carga, esta ley tiene un papel fundamental para reducir emisiones, mejorar la eficiencia y modernizar la flota vehicular.
Con el compromiso y la colaboración de todos los sectores involucrados, México puede avanzar hacia un futuro donde el transporte de carga sea más amigable con el medio ambiente y contribuya a un desarrollo económico más sostenible.
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Fuentes: Gobierno de México