A lo largo de los años, las empresas transportistas y los operadores de camiones de carga se han enfrentado a diversas dificultades que han vuelto todavía más complicada la actividad logística del traslado de mercancías, ya que, con el tiempo, muchos de los retos de la industria aún no logran superarse y por el contrario, aparecen nuevos, siendo uno de los principales el robo a transporte de carga.
Especialmente en América Latina el sector transportista ha tenido grandes desafíos, y adicional a las carencias que se enfrentan día con día, la combinación de ambas situaciones cada vez genera más problemas.
Tal vez la mayor dificultad de esta industria transportista es lograr hacer frente a los robos de carga que diariamente suceden en México y el resto de Latinoamérica, lo que se ha convertido en un problema crónico y más complejo de lo que se cree.
Los gobiernos estatales y federales no han logrado implementar estrategias que combatan eficientemente estos actos criminales (y en ocasiones, violentos) a los que los operadores transportistas se exponen, y contrario a eso, este enorme problema ha se ha vuelto más grande con el paso de los años.
Lo anterior ha provocado no solo pérdidas de mercancías o de unidades de transporte, sino también la deserción de los chóferes de carga, provocando una escasez de transportistas.
El problema del robo a transporte de carga, hoy en día es el principal reto al que tienen que enfrentarse no solo autoridades y empresarios, sino toda una industria que carece de muchas cosas, entre ellas, la seguridad.
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El robo a transporte de carga en México.
Hasta el primer semestre del año se reportaron 6 mil 389 delitos de robo a transporte de carga, lo que significa un incremento respecto al mismo periodo de 2020 y 2021, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Fiscalía General de la República.
El Estado de México, Puebla, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo y Tlaxcala concentran más del 90% del total de los robos denunciados, siendo las entidades más peligrosas para los transportistas de carga.
De igual forma, las carreteras que conectan a la Ciudad de México con el Estado de México, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Morelos y Guanajuato, son algunas de las carreteras más peligrosas para el autotransporte.
Todo esto se vuelve todavía más preocupante considerando que en el país se tiene un promedio de 35.3 robos contra el transporte de carga al día, es decir, 31 robos se dieron ayer, se ejecutan hoy y se darán mañana en las entidades del centro y occidente del territorio mexicano.
Sumado a eso, de acuerdo con informes publicados en 2020 por el proveedor global de inteligencia para la cadena de suministro, BSI (British Standards Institution), y la aseguradora de transporte y logística internacional, TT Club (International Transport and Logistics Insurance), México es el tercer país a nivel global con mayor incidencia de robo de carga, solo por detrás de Brasil y la India.
Además, de acuerdo con el diario Crónica, en 2020 y 2021, dos de cada tres robos en Norteamérica sucedieron en México.
Principales retos de la industria.
Ante el escenario tan complejo y las tasas de criminalidad que actualmente existen en México, la industria transportista se enfrenta a grandes dificultades.
Queda claro que, ante los índices de inseguridad, el principal reto es establecer mayores y mejores medidas de protección tanto para los operadores de los camiones como para las unidades y las cargas que trasladan, sin embargo, por algún motivo eso todavía no sucede.
Por un lado, el reto de los empresarios de la industria transportista es invertir en mayores medidas de seguridad y brindar a los choferes de las unidades herramientas que garanticen un trayecto seguro a través de protocolos de seguridad eficientes y tangibles. El monitoreo y las custodias, por ejemplo, resultan una gran inversión para proteger toda una operación logística terrestre.
Un segundo desafío relevante para la industria es capacitar adecuadamente a los choferes, ya que, en muchas ocasiones, estos pueden “contribuir” o facilitar el ser víctima de robo debido a posibles actos negligentes a lo largo de los trayectos.
Otro de los grandes retos es planear de mejor manera las rutas, y aunque puede ser lo más complicado, se debe hacer un esfuerzo por evitar los trayectos nocturnos, así como las carreteras más peligrosas.
La inversión acompañada de una correcta selección y aplicación de medidas preventivas, junto a una capacitación total y eficiente de los operadores de transporte puede mejorar las condiciones de traslado y la seguridad del trayecto, ya que, en la mayoría de los casos de robo a transporte de carga, las empresas transportistas no contaban con las medidas adecuadas para prevenir y contrarrestar el riesgo.
Robo a transportistas.
La custodia satelital, el monitoreo activo y la custodia armada son las mejores opciones de protección para las unidades de transporte, sin embargo, no siempre se invierte en medidas de seguridad, lo que, en parte, hace responsable a los empresarios y parte de la industria de no brindar las herramientas suficientes, y por ende, ser víctimas de robo.
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Fuente: IRU.
