El otoño y el invierno suelen ser las estaciones más inseguras para el transporte terrestre que circula por las carreteras, puesto que en estas épocas las condiciones climáticas incluyen fuertes vientos, lluvias y en algunos casos, nevadas intensas. No obstante, conducir en verano también incluye una serie de riesgos, como las altas temperatura que producen fatiga y evitan que el conductor tenga la atención adecuada, por lo que es imprescindible seguir algunos consejos para minimizar estos peligros.
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¿Cuáles son los riesgos más comunes de conducir en verano?
Según expertos, conducir en verano es potencialmente peligroso debido a que se suelen percibir un 20% menos las señales de tráfico y se cometen un 30% más de errores al volante derivado de la fatiga y la deshidratación. Asimismo, las altas temperaturas pueden ser los causantes del 17% de los accidentes de tráfico, ya que provoca una disminución del tiempo de reacción.
La razón científica de este hecho es que el calor se transmite al hipotálamo, una parte del cerebro que, además de regular la temperatura corporal, cumple otras funciones como el control de los estados de ánimo, modula el sueño y permite la capacidad de reacción ante ciertas circunstancias inesperadas.
Esto se traduce en ciertas situaciones de peligro, entre las que se encuentran las siguientes:
- Fatiga
- Cansancio
- Mayor estrés
- Somnolencia
- Cansancio ocular derivado del deslumbramiento solar
- Conducción más agresiva
- Mayor brusquedad en las maniobras
- Pérdida de la concentración y atención al volante
Asimismo, durante el verano, es más común que existan desplazamientos en motocicletas o bicis, por lo que es importante que los vehículos terrestres, sobre todo los de transporte de carga, cuenten con las máximas precauciones para evitar accidentes.
¿Cómo mantener el vehículo en óptimas condiciones?
Aunque no es obligatorio, sí es altamente recomendable que los vehículos sean revisados de forma completa por mecánicos calificados antes de conducir en verano, ya que estos pueden dañarse durante la temporada de invierno. Las principales cuestiones que deben comprobarse es que se cuente con los líquidos necesarios para realizar el viaje, como el anticongelante y el aceite lubricante, y que ciertos elementos como los limpiaparabrisas o las ruedas se encuentren en perfecto estado; en caso contrario, estos deberán sustituirse.
Además, si el vehículo cuenta con aire acondicionado, también será indispensable comprobar su funcionamiento, pues este será una herramienta fundamental para evitar los golpes de calor a lo largo del trayecto. Se recomienda repararse si no se encuentra en las más óptimas condiciones, sobre todo si el viaje es muy extenso.
Por último, el vehículo debe contar con los equipamientos obligatorios, es decir, una rueda de repuesto, chaleco reflejante y triángulos de emergencia, ya que, en caso de algún percance, estos elementos serán vitales para evitar problemas mayores.
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7 consejos fundamentales para realizar un viaje seguro
Conducir en verano por carreteras implica estar expuestos a altas temperaturas por varias horas seguidas, lo que implica que se deben extremar las precauciones para prevenir algún accidente. Estas son 7 de las recomendaciones principales para poner en práctica durante esta época del año:
- No conducir durante las horas de máxima insolación. Por lo general, los periodos en los que sube aún más la temperatura son entre las 13:00 y las 17:00 horas, por lo que se aconseja evitar circular en estos horarios. Las madrugadas, mañanas y atardeceres son los momentos más idóneos para realizar los viajes, ya que el sol es menos intenso y sus rayos no inciden de forma tan directa sobre la cabeza y ojos del conductor.
- Mantenerse hidratado. Como se ha mencionado, la deshidratación se traduce en un mayor cansancio y somnolencia, lo que perjudica seriamente la seguridad al volante. Por esta razón, es importante tomar bebidas refrescantes antes y durante todo el trayecto, inclusive aunque no se tenga sed.
- Realizar paradas cada dos horas o cada 200 kilómetros. El descanso es indispensable para los largos viajes por carretera, por lo que es recomendable detenerse cada cierto tiempo durante por lo menos veinte minutos para reponer fuerzas y estirar las articulaciones.
- Utilizar lentes de sol y ropa ligera. Además de proteger los ojos de la acción dañina de los rayos ultravioleta, los lentes de sol también previenen cualquier situación de riesgo ante un deslumbramiento. Por otra parte, es importante utilizar ropa ligera al conducir en verano, puesto que permiten un movimiento con mayor facilidad y mantienen la temperatura corporal estable.
- Mantener una buena postura. Uno de los consejos más extendidos es que ambas manos se coloquen en el volante en la posición de las agujas de un reloj a las 10 y 10. Apoyar el codo izquierdo en la puerta es un error común que comenten algunos conductores y debe evitarse, ya que genera una menor capacidad de reacción ante cualquier imprevisto en carretera.
- Cuidar la temperatura del interior. Se estima que a partir de la sensación térmica de 35ºC se presentan síntomas similares a una presencia de alcohol de 0,5 mg. Por esta razón, es recomendable una temperatura ambiente de 22ºC dentro del vehículo. Asimismo, debe utilizarse el aire acondicionado y no mantener las ventanillas bajadas, ya que la aerodinámica del medio de transporte se ve afectada y consumirá mucho más carburante.
- Informarse sobre el estado de las carreteras. Planificar las rutas a través de la consulta de noticias recientes sobre la situación de las vías evitará que se produzcan sorpresas y contratiempos durante el viaje.
Con estas recomendaciones, será más sencillo conducir en verano de forma segura y se evitará que se produzcan algún imprevisto o accidente en la carretera.
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Fuentes: MAPFRE
