El transporte de mercancías enfrenta desafíos importantes en la búsqueda de soluciones eficientes y sostenibles. Entre las decisiones clave está elegir entre utilizar camión eléctrico o de combustión fósil, ya que ambos presentan ventajas y limitaciones que deben considerarse al decidir cuál es la más adecuada para una operación logística.
Sea cual sea el vehículo que se elija para el transporte de mercancías, es indispensable contar con herramientas preventivas que mitiguen los principales riesgos en carreteras, como lo son los robos de carga. En SafeLink Group te ofrecemos nuestros servicios de seguro de carga y monitoreo activo, los cuales otorgan una protección integral de tus mercancías durante su traslado.
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Diferencias clave entre un camión eléctrico y de combustión fósil
- Desempeño operativo
El desempeño operativo es uno de los factores más críticos al comparar camiones eléctricos y de combustión fósil. Los vehículos de combustión, alimentados por diésel o gasolina, han sido la base del transporte de mercancías durante décadas gracias a su alta potencia y capacidad para transportar cargas pesadas en largas distancias. Su autonomía puede superar los mil 500 kilómetros con un solo tanque, lo que los convierte en la mejor opción para rutas extensas o lugares con infraestructura limitada.
Por otro lado, el camión eléctrico ha mejorado significativamente en los últimos años. Aunque su autonomía solía ser más limitada, los modelos más modernos pueden alcanzar hasta 500 kilómetros por carga, lo que los hace adecuados para rutas urbanas y de media distancia. Sin embargo, su desempeño se ve afectado por el peso de las baterías, lo que limita su capacidad para transportar cargas muy pesadas. Además, el tiempo de recarga puede extenderse varias horas, mientras que los camiones de combustión sólo requieren unos minutos para repostar combustible.
- Impacto ambiental
En términos de sostenibilidad, los camiones eléctricos tienen una clara ventaja. Estos vehículos no generan emisiones directas durante su operación, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, su impacto ambiental depende de cómo se produce la electricidad que utilizan. Si esta proviene de fuentes renovables, su huella de carbono es mucho menor.
Por el contrario, los camiones de combustión fósil son responsables de un gran porcentaje de las emisiones contaminantes en el transporte terrestre. El uso de combustibles como el diésel contribuye al cambio climático y afecta la salud pública debido a las partículas y gases nocivos liberados. Aunque la eficiencia de los motores ha mejorado, siguen siendo una opción menos sostenible a largo plazo.
- Costos operativos
Los camiones de combustión fósil tienen un costo inicial más bajo y se benefician de una infraestructura de combustible bien establecida. Sin embargo, sus gastos operativos incluyen combustible, mantenimiento más frecuente y piezas de recambio costosas debido a la complejidad de sus motores.
En cambio, el camión eléctrico, aunque más costoso inicialmente, tiende a ser más económico a largo plazo. Sus costos de operación son más bajos gracias a la electricidad, que suele ser más barata que el combustible fósil, y al menor mantenimiento requerido por sus motores eléctricos. Además, en muchos países existen incentivos fiscales y subsidios que hacen más atractiva la inversión en vehículos eléctricos.
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¿Cómo elegir la mejor opción para el traslado de mercancías?
La elección entre un camión eléctrico y uno de combustión fósil depende de varios factores clave que deben evaluarse según las necesidades específicas de cada operación logística.
- Tipo de ruta. Para rutas largas o zonas con infraestructura limitada, los camiones de combustión fósil siguen siendo la opción más confiable. Por otro lado, los eléctricos son ideales para recorridos urbanos o de media distancia, especialmente en entornos con estaciones de carga disponibles.
- Tipo de carga. Si el traslado implica mercancías muy pesadas, un camión de combustión puede ser más adecuado debido a su mayor capacidad para manejar este tipo de carga sin comprometer la autonomía. En cambio, los eléctricos funcionan mejor con cargas moderadas que optimicen su rango operativo.
- Prioridad en sostenibilidad. Las empresas con objetivos de sostenibilidad y compromiso con la reducción de emisiones pueden inclinarse hacia los camiones eléctricos, especialmente si operan en países donde la electricidad proviene de fuentes renovables.
- Costos a largo plazo. Aunque los camiones eléctricos tienen un precio inicial elevado, su menor costo operativo y los incentivos gubernamentales pueden resultar en ahorros significativos con el tiempo, lo que es especialmente relevante para flotas que planean operar durante varios años.
En conclusión, la mejor opción para el traslado de mercancías depende del equilibrio entre las necesidades operativas y los objetivos estratégicos de cada empresa. Mientras que los camiones de combustión fósil ofrecen potencia, autonomía y flexibilidad en rutas extensas, el camión eléctrico destaca por su sostenibilidad, ahorro a largo plazo y compatibilidad con metas ambientales.
A medida que la tecnología avanza y la infraestructura de carga eléctrica se expande, los camiones eléctricos se posicionan como una alternativa más competitiva. Sin embargo, en muchos casos, la combinación de ambas tecnologías puede ser la solución ideal para optimizar operaciones y prepararse para un futuro más sostenible en el transporte de mercancías.
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Fuente: Mecalux