La chatarrización del autotransporte es un tema de gran relevancia en México, especialmente en un momento en que la industria enfrenta desafíos significativos en términos de modernización y sostenibilidad. Este es un proceso que no solamente busca reemplazar vehículos obsoletos, sino también contribuir a un transporte más seguro y eficiente.
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¿Qué es la chatarrización del autotransporte?
La chatarrización se refiere al proceso mediante el cual los vehículos de autotransporte que han llegado al final de su vida útil son desechados a cambio de incentivos fiscales que facilitan la compra de nuevas unidades. Este proceso se instauró en años recientes en México con el objetivo de modernizar el parque vehicular, particularmente en el segmento de transporte de carga y pasajeros. En respuesta a las demandas de organizaciones del sector, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) implementó el “Decreto por el que se fomenta la renovación del parque vehicular del autotransporte” en 2015, el cual sentó las bases para esta iniciativa.
La esencia de este proceso radica en ofrecer a los transportistas un beneficio económico por la destrucción de sus vehículos antiguos, lo que se traduce en un descuento para la adquisición de unidades más nuevas. Este incentivo es fundamental, ya que muchas de las unidades en operación han superado los límites de antigüedad establecidos y enfrentan dificultades para encontrar refacciones, además de que sus reparaciones son cada vez más costosas.
Aproximadamente el 40% de la flota vehicular de carga y pasajeros en México es considerada obsoleta e insegura, lo que representa un grave problema no solo en términos de seguridad vial, sino también por su impacto negativo en el medio ambiente. Las unidades viejas suelen ser menos eficientes en consumo de combustible y más propensas a generar emisiones contaminantes.
Su importancia en la modernización del transporte
La modernización del autotransporte es crucial para incrementar la competitividad y productividad de los transportistas mexicanos. La renovación del parque vehicular no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también contribuye a una mayor seguridad en las carreteras. Un transporte más moderno está alineado con las normativas ambientales actuales, lo que reduce las emisiones de gases contaminantes y promueve una movilidad más sustentable.
La Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) ha resaltado la necesidad de implementar esquemas de chatarrización para actualizar una flota promedio que, en algunos casos, supera los 18 años de antigüedad. Esta situación no solo pone en riesgo la seguridad de los pasajeros y la carga, sino que también limita la capacidad de los transportistas para aprovechar oportunidades de mercado, como el nearshoring, que demanda un transporte de mercancías más eficiente.
En este sentido, la reactivación del programa de chatarrización se vuelve urgente. Los expertos estiman que se requieren inversiones significativas: cerca de 1.16 billones de pesos mexicanos para renovar 290 mil unidades de carga y 210 mil millones de pesos para modernizar 30 mil autobuses de pasajeros. Estas cifras evidencian la magnitud del desafío que enfrenta el sector y la importancia de contar con un apoyo gubernamental efectivo que estimule la renovación del parque vehicular.
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Retos y perspectivas futuras
A pesar de los beneficios potenciales de la chatarrización, el proceso no está exento de retos. Uno de los principales problemas es la informalidad en el sector, que afecta la seguridad y eficiencia del transporte. Una gran parte de la flota obsoleta está en manos de operadores informales, quienes no cumplen con las normativas y, en consecuencia, representan un riesgo para la seguridad vial y el medio ambiente.
Además, la capacidad de producción de las armadoras es un factor crítico. Actualmente, se estima que no pueden satisfacer la demanda de unidades nuevas de manera inmediata, lo que podría frenar la efectividad del programa de chatarrización. La colaboración entre el gobierno y la industria es esencial para superar estos obstáculos y asegurar que la modernización del parque vehicular sea viable y sostenible.
A nivel estatal, la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM) está trabajando en la construcción de una Agenda Nacional de Movilidad 2024-2030, donde la chatarrización y la modernización del transporte juegan un papel central. Este esfuerzo busca institucionalizar y formalizar los sistemas de transporte, con un enfoque en la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad.
En resumen, la importancia de la chatarrización no solamente radica en la modernización del parque vehicular, sino también en su capacidad para contribuir a un futuro más sostenible y seguro para el transporte en México, por lo que la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y las organizaciones del sector será fundamental para lograr un cambio significativo.
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Fuentes: Excelsior
