El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI, y su impacto se extiende a numerosos sectores, incluidos el comercio y el transporte. Uno de los puntos fundamentales para la distribución de bienes y servicios es el medio terrestre, el cual se ve particularmente afectado por fenómenos climáticos que complican las rutas de transporte, la infraestructura y la eficiencia en general de los traslados.
Sin embargo, existen otros tipos de riesgo que también ponen en peligro las operaciones logísticas por carretera, como lo son los robos de carga. Ante esta situación, SafeLink Group ofrece sus servicios de seguro de carga y monitoreo activo, los cuales, en conjunto, otorgan la mayor protección para las mercancías durante su transporte nacional e internacional.
Fenómenos meteorológicos extremos y su impacto en las rutas de transporte
Uno de los efectos más evidentes del cambio climático es el aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor. Estas condiciones impactan directamente en la infraestructura de las rutas de transporte y afectan las carreteras, puentes y otros elementos clave.
Las inundaciones son particularmente problemáticas, ya que pueden causar daños estructurales en los caminos y los vuelve intransitables durante días o inclusive semanas. En zonas con alta exposición a lluvias intensas, la erosión del suelo también es un factor que provoca deslizamientos de tierra, lo que bloquea rutas críticas para el transporte de mercancías. Por otro lado, las olas de calor pueden deformar el asfalto, haciendo que se ablande o agriete, lo cual reduce la durabilidad de las carreteras y aumenta los costos de mantenimiento. Las sequías prolongadas, al debilitar los terrenos, incrementan la posibilidad de hundimientos y otras fallas geológicas que comprometen la seguridad vial.
Es así que este tipo de fenómenos meteorológicos intensos generan un desgaste acelerado de las infraestructuras, lo que eleva la necesidad de inversiones en materiales resilientes que puedan soportar condiciones climáticas extremas.
¿Cuáles son las consecuencias?
La alteración de las principales rutas de transporte debido al cambio climático obliga a los conductores a tomar desvíos y caminos alternativos que no siempre son los más eficientes. Lo anterior tiene diversas consecuencias directas sobre este sector, como lo son las siguientes:
- Incremento en los tiempos de viajes. Los desvíos de rutas afectan directamente en la puntualidad en las entregas y, en muchos casos, en la satisfacción de los clientes. Lo anterior es debido a que los conductores deben planificar sus trayectos en función de las condiciones climáticas y evitan aquellas áreas donde puedan producirse desastres naturales, lo que aumenta la congestión vehicular en rutas alternativas y genera aún retrasos adicionales.
- Mayor consumo de combustible. El transporte de mercancías terrestres ya enfrenta altos costos en combustibles, y el cambio climático agrava este problema al hacer que los trayectos sean más extensos o más exigentes para los vehículos. Lo anterior, sumado al mayor desgaste de los camiones debido a las condiciones adversas de las carreteras, incrementa considerablemente los costos operativos de las empresas.
- Disminución de la seguridad vial. Como ya se ha mencionado, son diversos los eventos meteorológicos extremos que ocurren como consecuencia del cambio climático, lo que puede provocar una mayor cantidad de accidentes, como choques o descarrilamientos, al verse comprometida la seguridad vial.
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Estrategias para mitigar los efectos del cambio climático en el transporte
Los estándares de construcción de la mayoría de las rutas de transporte están basadas en fenómenos climáticos de décadas anteriores, por lo que no se adaptan a las condiciones actuales. Por esta razón, se propone utilizar materiales más resistentes para la cimentación de carreteras y modernizar las técnicas de construcción con la finalidad de evitar un desgaste prematuro de estas vías. De igual manera, se plantea la implementación de sistemas de drenaje más efectivos que ayuden a reducir el impacto de las tormentas más extremas.
Asimismo, las empresas de transporte y los gobiernos han comenzado a implementar otro tipo de estrategias para mitigar el impacto del cambio climático y garantizar la continuidad del transporte terrestre. Una de las principales medidas es el uso de tecnologías predictivas, que permiten monitorear las condiciones climáticas en tiempo real y planificar rutas más seguras y eficientes.
Finalmente, las empresas están optando por políticas más flexibles, como ajustar los horarios de entrega o utilizar múltiples opciones de transporte para mitigar las interrupciones provocadas por el clima. Estas estrategias permiten mantener la eficiencia en la cadena de suministro, incluso en condiciones climáticas adversas.
En conclusión, el cambio climático está alterando significativamente las principales rutas de transporte terrestre, afectando tanto la infraestructura como los costos operativos de las empresas. A través de la inversión en infraestructuras resilientes y la adopción de tecnologías avanzadas, el sector del transporte terrestre puede adaptarse mejor a las nuevas realidades climáticas y seguir siendo un pilar fundamental del comercio global.
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Fuente: Tradelog