En años recientes, el nearshoring es una de las estrategias comerciales que se ha vuelto más popular a nivel mundial para aquellas empresas que buscan reducir costos y mejorar su eficiencia operativa. De esta manera, México se ha posicionado como uno de los principales destinos para esta práctica debido a su posición geográfica privilegiada y a su vasta red de tratados comerciales con otros países. Sin embargo, este país enfrenta una gran cantidad de desafíos logísticos que deben ser resueltos lo antes posible para continuar aprovechando el flujo de las inversiones que se generan como consecuencia del nearshoring.
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¿Cuáles son los principales desafíos logísticos que enfrenta México?
Uno de los mayores desafíos logísticos en México es la infraestructura de transporte, ya que aunque el país ha realizado importantes inversiones en carreteras, aún existen deficiencias que pueden afectar la eficiencia y los costos del transporte. Las carreteras son una pieza fundamental del transporte en México debido a que por esta vía se transporta el 85% de las cargas de comercio internacional; sin embargo, la calidad de las vías varía considerablemente de una región a otra. En algunas áreas, las carreteras cuentan con un mantenimiento óptimo y facilitan el transporte rápido y seguro de mercancías, pero, por el contrario, en otras regiones las condiciones de las carreteras son deficientes, con baches, señalizaciones inadecuadas y falta de mantenimiento.
Además, la seguridad en las carreteras es una preocupación significativa debido a que el robo de carga es un problema recurrente en México, especialmente en ciertas rutas conocidas por su peligrosidad. Ante esta situación, se recomienda contar con las herramientas preventivas que ofrece SafeLink Group, como el monitoreo activo de SafeLink Tracking y el seguro de carga de SafeLink Marine, los cuales proporcionan una protección integral de las cargas.
Por otra parte, el sistema ferroviario en México también requiere de una expansión significativa para cumplir con la creciente demanda. Aunque las vías existentes han sido modernizadas para soportar unidades más largas y pesadas, la competitividad y el tráfico de contenedores son menores comparados con la conectividad ferroviaria de Canadá con Estados Unidos.
Asimismo, la capacidad y disponibilidad de servicios ferroviarios se presenta como otro de los principales desafíos logísticos en México, ya que estos pueden ser limitados en algunas regiones y obliga a las empresas a depender más del transporte por carretera, con sus riesgos y costos asociados anteriormente. Por esta razón, es necesario fortalecer y expandir la huella ferroviaria para que sea una opción viable y competitiva a nivel mundial.
Por último, México cuenta con diversos puertos importantes que facilitan el comercio internacional, como los de Veracruz, Lázaro Cárdenas y Manzanillo. No obstante, los puertos mexicanos a menudo enfrentan problemas de congestión y tiempos de espera prolongados para la carga y descarga de mercancías, lo que puede retrasar el movimiento de productos y aumentar los costos logísticos.
Además, los procedimientos aduaneros en México pueden ser complejos y lentos, lo que añade otra serie de desafíos logísticos para las empresas que buscan importar o exportar bienes de manera eficiente. La burocracia y la corrupción en algunos puntos aduaneros pueden complicar aún más el proceso, haciendo que las empresas necesiten tiempo y recursos adicionales para cumplir con las regulaciones.
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¿Qué soluciones se proponen?
El estudio “Despertando de la pesadilla logística del nearshoring en México” realizado por Miranda Intelligence, una compañía dedicada a realizar reportajes de investigación, concluye que, para enfrentar los principales desafíos logísticos y aumentar las exportaciones en un 35%, se necesita una inversión en infraestructura de entre 11 mil millones y 15 mil millones de dólares en carreteras y puertos.
En cuanto a los sistemas ferroviarios, se estima que Ferromex y CPCK ya invierten más de 250 millones de dólares anuales cada una en sus concesiones; sin embargo, la llegada del nearshoring duplicaría el movimiento de contenedores, lo que demandará inversiones sustanciales en la próxima década. Tan sólo un nuevo ferrocarril de alta velocidad, con una sola vía férrea de mil 200 kilómetros desde la Ciudad de México hasta Laredo, podría costar alrededor de 2,4 mil millones de dólares.
Sin embargo, esta inversión no tiene que ser asumida únicamente por el gobierno, ya que México tiene una larga tradición de inversiones exitosas a través de concesiones, siempre que se planifiquen y negocien adecuadamente. Con las inversiones correctas en la cadena de suministro, la nación mexicana tiene el potencial de consolidarse como un centro de manufactura competitivo en un mundo cada vez más complejo.
Es así que invertir estratégicamente en infraestructura para hacer frente a los principales desafíos logísticos permitirá no solo aumentar el volumen de exportaciones, sino también fortalecer su posición en el mercado global. Las inversiones bien dirigidas y planificadas no solo mejorarán la competitividad del país, sino que también generarán beneficios económicos significativos a largo plazo. La clave está en aprovechar esta oportunidad de manera efectiva y eficiente, asegurando un futuro próspero para el comercio y la industria mexicana.
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Fuente: Forbes
